viernes, 13 de noviembre de 2009

Espectacular aumento de reclutas para unidades de combate

Faltan 17 años y ocho meses para que mi hijo varón sea reclutado para el Servicio Militar en Israel. Esté donde esté será citado para cumplir con sus deberes militares. Ya estoy temblando.

Para muchos es un orgullo que sus hijos vayan al Ejército. Para mí, no. Es una deshonra al género humano. Es una servil manera de alimentar lo peor de la especie.

La realidad indica que en Israel, el 73 por ciento de los nuevos reclutas ha elegido formar parte de las unidades de combate. Es decir, los que van al frente a pelear.



Soldados sexys para las pibas que lo pidieron

Esto se traduce en un aumento del 6 por ciento respecto a 2008 y en el número más alto de combatientes de la última década. Según analistas, el fenómeno se debe al "éxito" de Israel en la operación "Plomo Fundido" que tuvo lugar en la Franja de Gaza hace casi un año.

Por otro lado, crece también, paradójicamente, la cantidad de adolescentes que se niegan a servir como cojnscriptos. Para este tipo de "joven problemático" el Estado ha creado una división de investigadores privados para seguir de cerca el comportamiento de los que se rebelen ante la posibilidad de llevar armas.

No tengo mucho más que decir. Nunca hice el Servicio Militar y agradezco al destino por ello. Aunque peque de soberbio, espero que mis hijos tengan la misma actitud que yo. Sinceramente, los prepararé para la paz.

Para el final, un guiño a la memoria

4 comentarios:

  1. Yo sí hice el servicio militar. Hubiera preferido no hacerlo...

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  2. Excelente artículo, Man. Me gusta, diría feisbuc. La guerra se acabará cuando las mayorías de ambos lados piensen como vos y no estén dispuestos a "sacrificarse" por ser superiores.

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  3. Claro, Fer. Para eso estaban los nazis.

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